lunes, 14 de agosto de 2017

La realidad virtual: o se asienta o muere


Pese a que HTC Vive, Oculus Rift y PlayStation VR se han lanzado en 2016, parece que la tecnología de realidad virtual no termina de asentarse. Pese a que Samsung ya había conseguido popularlizarla un mínimo entre dispositivos móviles y pese a la apuesta de otras grandes compañías, como Google con Daydream, parece que tendremos que esperar a 2017 para ver qué ocurre en este panorama.
Hay varios problemas que impiden que la RV se popularice a mayor velocidad, como el precio de los dispositivos o lo caros que son los ordenadores o componentes que permiten jugar con fluidez a los videojuegos adaptados al formato.
A su vez, no se ha encontrado un uso real a la tecnología más allá de algunos experimentos visuales y los ya mencionados videojuegos. ¿Cómo se plantean el cine, la televisión u otras plataformas este tipo de tecnología? Está por ver.
Por último, es de esperar una mejora de la tecnología (mayor resolución, mayor tasa de imágenes por segundo, etc.), pero también un abaratamiento sin que eso signifique una peor imagen.

Los hologramas cumplen 70 años: de la lámpara de mercurio a la nano holografía

Dennis Gabor, padre de esta técnica por imagen, decidió buscar en 1947 el método que permitiera aumentar la resolución del microscopio electrónico.

Las películas de ciencia ficción siempre han ido por delante de las aplicaciones de la holografía. En «Regreso al Futuro 2» los espectadores pudieron disfrutar de la escena de un tiburón saliendo de la fachada de una tienda; en «Star Wars», la princesa Leia utilizaba a R2-D2 para comunicarse mediante hologramas, así como Luke Skywalker era velado por los fantasmas de los Jedi; también ámbito de los superhéroes, se pudo ver cómo Tony Stark diseñaba las mejoras de su traje de Iron Man. Sin embargo, los hologramas tienen una trayectoria más amplia de lo que se puede imaginar, ya que este año la holografía cumple 70 años.
En 1947 el físico e inventor húngaro Dennis Gabor (1900-1979), que llevaba tiempo buscando la manera de mejorar la resolución del microscopio electrónico, tuvo la idea de generar un nuevo proceso que registrase las imágenes desde distintas perspectivas. En ese momento decidió llamar a su técnica holografía, en honor al término griego «holos» que significa completo.
Años antes de que surgiera esta idea, Gabon había estado viviendo en Alemania, trabajando para la compañía Siemens & Halske en Berlín, después de haberse sacado el doctorado. Sin embargo, con la llegada de Hitler al poder, la empresa no le renovó el contrato por su origen judío y se tuvo que marchar a Inglaterra, donde consiguió trabajo en la British Thomson Houston Company.
BBVA OpenMind señala que el prolífico inventor que llegó a presentar 62 patentes, tuvo la idea a partir de una pregunta que se hizo así mismo «¿Por qué no tomar una mala imagen electrónica, pero que contenga la información 'total' de la misma, reconstruirla y corregirla mediante métodos ópticos?». La respuesta a su pregunta aterrizó en su cabeza durante un partido de tenis.
Gabor se dispuso entonces a poner en práctica su método que consistía en dos pasos: por un lado, fijar de una forma concreta la imagen de una figura en una placa fotográfica; y por otro lado, aplicarle iluminación tras el revelado. La prueba resultó un fracaso en lo referente a la optimización de la imágenes del microscopio electrónico, pero dio lugar a una técnica para representar la realidad.
En 1948, el físico húngaro puso en marcha el primer holograma con un formato rudimentario que sentaría las bases de la holografía. Gabor usó una luz de una lámpara de mercurio en una diapositiva con forma circular con los nombres de tres físicos: Huygens, Young y Fresnel. Ese mismo año publicó un artículo sobre su descubrimiento, pero es un hecho que Gabor inventó por error la holografía un año antes. En 1971 el inventor recibió el Nobel de Física.