Una desventaja de los ordenadores portátiles es su facilidad para sobrecalentarse. Con un tamaño cada vez más reducido, los fabricantes hacen auténticas virguerías para mantener el equilibrio entre potencia y temperatura.
Aun a riesgo de ofender a los fabricantes, parece obvio que no siempre consiguen este equilibrio.
La mayoría de los portátiles tienen serios problemas de temperatura, y más aún en estas fechas veraniegas, en las que la temperatura ambiente no ayuda la refrigeración. A continuación te presentamos unos consejos para que tu ordenador, y por extensión tu regazo, no se ase como un filete.
Mantén la ventilación libre
Aunque son pequeñas y están bien camufladas, las rejillas de ventilación están ahí. Es vital asegurarse de que tienen vía libre para expulsar el aire caliente. De lo contrario, el ordenador se convertirá en un horno.
Los ordenadores portátiles están diseñados para usarse sobre superficies planas, dejando un pequeño espacio para dichas rejillas (gracias a las patas). Si ponemos el portátil en una superficie blanda como una manta, las patas se hundirán, y la ventilación se bloqueará.
Limpieza
De nada sirve que las rejillas tengan vía libre si están bloqueadas con polvo y suciedad. Una limpieza básica y regular ayudará a mantener tu portátil fresco y funcionando a las mil maravillas.
Si no lo vas a utilizar por una temporada, mantenlo guardado donde no pueda coger polvo. Si tienes una mascota peluda, no dejes que los pelos campen a sus anchas por tu casa. Una aspiradora puede ayudarte a extraer los pelos que puedan haberse introducido en los ventiladores. Si eres lo suficientemente valiente, puedes abrir el equipo y limpiarlo en profundidad.
Refrigeración para portátil
El uso de bases refrigeradoras es casi obligado en la mayoría de los casos, pues pueden reducir la temperatura unos 10 grados aproximadamente. Desgraciadamente, su calidad suele dejar bastante que desear. Evita comprar “lo más barato”, pues se romperá poco después de sacarlo de la caja.
Ten en cuenta que los ventiladores de mayor diámetro hacen menos ruido, pero seguramente cubran menos superficie que dos pequeños. En esencia, los hay de dos sabores con distintas características: de plástico y metal (el primero es más barato; el segundo tiene mejor aspecto pero puede convertirse en una sartén). Otro aspecto que debes tener en cuenta, si utilizas el portátil sobre tus rodillas, es su forma: algunos parecen llevar auténticas cuchillas “corta piernas” en su base.
Ahorro energético
Según vayas usando el ordenador, es inevitable que este se vaya calentando. No te vamos a pedir que dejes de usarlo, pero sí puedes minimizar el tiempo que éste está encendido, configurando el ahorro energético de Windows para que apague la pantalla, se suspenda o incluso hiberne tras cierto periodo de inactividad.
En el artículo sobre cómo aumentar la duración de tu batería ya te proporcionamos algunas recomendaciones y programas para un gasto energético más eficiente. Todo se resume en la máxima “Déjale descansar cuando no lo usas”.
Menos uso de CPU
Los ordenadores portátiles son inteligentes: si no necesitan toda la potencia, no la usarán, ahorrando batería, energía y, además, ganando en frescura. A pesar de que estos equipos son casi igual de potentes que los de sobremesa, poner al máximo los gráficos del último juego del mercado, bajo el calor sofocante del verano, seguramente sea lo último que puedas hacer con él.
Cuanto más tenga que esforzarse el ordenador, más temperatura ganará. Una tarjeta gráfica potente suele ser una bomba de relojería en cuanto a temperatura, y lo mismo sucederá si tus discos duros tienen que hacer horas extra trabajando sin cesar.
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